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Alegres, combativos y educados

25 agosto, 2013

El pasado jueves viajaba en el autobús de línea de Marbella a Málaga cuando sonó en el móvil un aviso de mensaje: el presidente del Congreso nos convocaba una sesión extraordinaria a los miembros de la Comisión de Educación y Deporte del Congreso de los Diputados: el próximo 28 de agosto, a las diez y media de la mañana, el ministro Wert acudirá al Congreso a explicarnos los cambios que el gobierno ha hecho en la política de becas.

Me pareció una curiosa coincidencia, pues yo me dirigía a un acto en el que los socialistas malagueños dábamos nuestro ya tradicional premio anual de liderazgo cívico a la rectora Adelaida de la Calle. La verdad es que es una buena idea aprovechar los días de feria para hacer un reconocimiento a personas e instituciones de nuestra provincia que resultan ejemplares para todos. Así que a la una de la tarde nos reunimos un nutrido grupo de socialistas en la sede de la Cámara de Comercio, justo enfrente del edificio de La Aduana, para reconocer los méritos de la rectora, felicitarla y disfrutar de un placer bueno y barato como es la expresión del reconocimiento y la gratitud de todos a alguien que lo merece.

Por el Partido Socialista intervinieron María Gámez y Miguel Ángel Heredia, ambos hicieron brillantes y justos retratos de la rectora y de sus desvelos por nuestra universidad pública, la de Málaga y todas las de España en su calidad de presidenta de la Conferencia de Rectores. La rectora, generosamente, quiso recogerlo a título de representante de la Universidad antes que a título personal, aunque obviamente en las intenciones de quienes le daban el premio hay mucho reconocimiento y gratitud a su persona. Con el calor de los afectos, la rectora se animó y nos habló de sus sueños universitarios, los de su juventud y los de ahora.

Sentado entre el público pensaba que había algo épico en todo aquello, que junto a las amables palabras de unos y otros, que junto al ambiente festivo, había una conjura de un grupo de personas firmes y determinadas a defender la universidad pública de las agresiones que está recibiendo en los últimos tiempos. Defenderla del minucioso descrédito público al que la someten algunos malvados por cuenta ajena y muchos tontos por cuenta propia. Defenderla de los recortes en recursos e inversiones. Defenderla de la subida de las tasas y la bajada de las becas. Me animó que, en plena feria, hubiera gente capaz de dedicar una parte de su tiempo a uno de las batallas más decisivas a las que se enfrenta la sociedad española, y de hacerlo sin perder la alegría.

Creo que en la España actual hay demasiados dolientes, demasiadas plañideras, y no discuto que tengan motivos, pero solo producen desmoralización, abatimiento y derrota. Ojalá se nos quedara pegada al alma la alegría de la feria y nos acompañara durante la batalla por la universidad pública. Una batalla cuyo próximo combate parlamentario será el miércoles que viene, justo el día que se cumple el 50 aniversario del más famoso discurso de Martin Luther King. Un sueño.

Publicado en el diario SUR el 25 de agosto de 2013

2 comentarios
  1. 25 agosto, 2013 18:34

    La esperanza no nos la quita nadie.Que accidentalmente la derecha nos quera retrotraer a los años 40, es cosa pasajera, aunque muy dañina y ladina. Dentro de muy poco el Psoe volverá a poner las cosas en su sitio. Al igual que en Sanidad.

  2. 25 agosto, 2013 23:24

    Si seguimos así todos nuestros logros se convertirán en un sueño.¡Qué pena después de tantos años de lucha por conseguir: una educación envidiable, una Sanidad envidiada y unos derechos sociales con recursos suficientes para conseguir la igualdad entre tod@s l@s español@s llegue el sr. Rajoy y nos haga retroceder cincuenta años!

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