Saltar al contenido

Contra la clase política

9 diciembre, 2012

Cuando escucho la expresión clase política me vienen a la memoria las lejanas clases de la asignatura Estructura Social, de tercero de Sociología. La teoría de las clases sociales por antonomasia es la teoría marxista, que relaciona la clase con la propiedad de los medios de producción. La otra gran teoría de las clases es la teoría weberiana, que relaciona la clase con la posición en el mercado. La idea de una clase política no corresponde a ninguna de las dos grandes teorías sociológicas. La afirmación de que dos diputados, uno terrateniente y otro profesor de primaria en una escuela pública, son de la misma clase, no resiste un examen riguroso. Sobre todo, pasados los cuatro años de una legislatura y vuelto cada uno a su trabajo.

El concepto de clase política no es políticamente inocente. Nace entre los autores del prefascismo y protofascismo italiano, como Mosca, Pareto, o el alemán Michels. En un tiempo en el que, como ahora, se cuestionaba la democracia representativa desde sectores de la izquierda y la derecha. También entonces, como ahora, una crisis económica ayudaba a extender sus ideas a los críticos del parlamentarismo.

Decir que todos los políticos son de la misma clase, es el anverso de una moneda en cuyo reverso se afirma que todos los ciudadanos son de la misma clase; y por tanto, que en la sociedad no hay ni grupos con intereses contradictorios, ni conflictos, ni desigualdades sociales. Para los totalitarismos de derecha, afirmar que hay una clase política es una forma de negar que pueda haber políticas de clase. Es negar que pueda haber políticas diferenciadas, según sirvan a los intereses de unos u otros. Para los totalitarios de izquierda, la clase política, y la política «burguesa» en general, solo sirven para entorpecer el avance revolucionario del pueblo.
Un pueblo que, en los populismos de uno u otro signo, es imaginado sabio, puro y, sobre todo, homogéneo, es decir, sin contradicciones. Un pueblo único que no necesita representantes con voces distintas. Representantes a los que, por otra parte, la propaganda populista distancia de sus representados con la vieja técnica de afirmar que son distintos y distantes, como cuando decían que el diputado Pablo Iglesias tenía un abrigo de pieles (todo lleva mucho tiempo inventado, bueno los iPads un poco menos). Y así, sin estructuras de mediación, el populismo confía en que, tarde o temprano, se produzca la deseada comunión entre el pueblo y un líder, que es al mismo tiempo el guía del pueblo y la voz del pueblo. A algunos de esos líderes los escucharán por las mañanas en las radios, oficiando el culto a ese nuevo amo con vocación de Uno totalitario que es la opinión pública.

Hace unos días un compañero de facultad me habló de la clase política; estoy seguro de que no quería usar el término en un sentido sociológicamente riguroso, entre otras cosas porque es un concepto que carece de rigor sociológico. Lo usó políticamente, y eso fue lo que me dejó preocupado.

Publicado en SUR y El Correo el 9 de diciembre de 2012

6 comentarios
  1. 9 diciembre, 2012 17:21

    La situación actual, da lugar al título de tu escrito. Además está alentado por el capital y la derecha para conseguir sus intereses. No te canses sigue, siempre hay alguien con buena dispisición que lee tus artículos.

  2. 16 diciembre, 2012 21:10

    De acuerdo en que no todos los políticos pertenecen a la misma clase (o aun peor: a la misma casta). Sin embargo si creo que existe esa clase, en la que se integran aquellas personas profesionales de la política, que solo han trabajado en puesto públicos sin pasar por una oposición sino colocados por su partido, y que socialmente se identifican como clase. Les he oído utilizar expresiones como «vosotros, los ciudadanos…», «trabajamos para el bienestar del pueblo..»… Siempre utizando segunda o tercera persona para referirse a la ciudadanía.
    No he estudiado sociología, pero diría que la clase política puede no existir como definición, pero haberla hayla.
    Saludos, @VJNacher.

  3. Pepero desencantado permalink
    17 diciembre, 2012 22:41

    Tiene usted razon sobre la inexistencia previa del termino clase politica, desde el punto de vista de la gente de izquierda es un termino relativamente nuevo, y viene a significar desde mi opinion a todos aquellos politicos que mediante la accion o omision defienden los intereses de una minoria privilegiada vease capital internacional, troika, capital financiero, en vez de representar la voz del pueblo. Tiene cierta connotacion que en el mundo donde vivimos actualmente todos los mecanismos para mejorar el bienestar del pueblo, estan supeditados al capital internacional en un mundo cada vez mas globalizado. A todo esto la gente que se encuentra al final de la cadena se dan cuenta que las decisiones que van tomando los politicos de turno sea de izquierda, derecha, son antidemocraticas e impopulistas y representan solo el interes de ciertos individuos, empresas, .. donde pequeños matices diferencian unas politicas de otras, algunas veces politicas y medidas populistas para aliviar la presion de la sociedad sobre las estructuras gobernantes pero no medidas de verdadera importancia como por ejemplo el drama que se esta viviendo en España con el tema de los desahucios de los mas desfavorecidos… Un saludo

  4. Marta Suárez permalink
    23 diciembre, 2012 12:29

    No puedo estar más de acuerdo con este artículo. Cada vez que escucho la expresión, especialmente si la pronuncia alguien de izquierdas, no salgo de mi asombro.

  5. Juan Miguel permalink
    13 enero, 2013 12:53

    ¿A quién beneficia que se asuma el dicho de que «todos los políticos son iguales»?.

Trackbacks

  1. Contra la clase política

Los comentarios están cerrados.